UN CONEJO ESPERA PARA ENTIBIAR EL ALMA

Tengo el privilegio de ser tu primer poema
me quedaré aquí como una estampa,
perenne, quieto, silencioso y solitario,
tan silencioso y solitario como esta noche.

Desde este rincón me verás en la sombra de un instante,
en el calor de mis manos que recorren tu cuerpo
en esta ausencia de palabras sin límites.

Sé que echarás a caminar
los senderos de la memoria,
los senderos de la cumbre
donde te cantan los pájaros
y se caen las hojas resecas por el tiempo.

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