Te fuiste
con la madrugada morada de viñedos
sembrando espinos amargos
en los viejos caminos del tiempo.
Sin equipaje.
Diluida en las alas amarillas de la luz
desapareciste.
Irresponsable y sin apego
huérfana de hospitalidad.
Fresca, transparente, frágil
te alejaste
como oleada que no deja recuerdo.
Fantasma sonriente
de las aceras
que se sumergen en el torrente del día
te fundiste en los ojos alucinados
cargados de costumbre ciega.
Materia sin espíritu
juguete inerte
levantaste los párpados
y tu lánguido pájaro azul
te deshabitó para siempre.
Y yo
pegada a mi sombra
muerdo la dulce uniformidad de la rutina
abrazada a un dolor mudo, ácido
de arpa solitaria
que me enfría los huesos.
Del libro: “Atropos”. DINOS EDITORES, La Paz, 2017
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