PACHAMAMA I

Soy un privilegiado del día y de la noche;
en la noche tengo tu carne de perfumes,
en el día me adueño de las voces de la tierra.
Cada palabra tuya consume mi tiempo,
eso te dije cuando llegaste con tus ojos de luz
desde la Pachamama rubia y norteña.
El viento fogoso acaricia la arenilla,
en la segunda Pachamit’a* del año
cubro mi rostro con tu pañuelo de perfumes,
y vuelvo amarte otra vez como aquella noche.
El calor de la tierra
me trasmite la dulzura de tus manos,
quisiera detener los relojes.
Perdona si repito la palabra filosofía,
la palabra patria, la palabra guerrero
la palabra espera, la palabra te amo.

*Segunda estación (verano)