Fermin Fernandez Belloso
Nationality: 151
Email: 'bellosoconb@gmail.com'
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Fermín Fernández Belloso
FERMÍN FERNÁNDEZ BELLOSO. Nacido en Alcázar de San Juan, el 7 de julio de 1.978. Pero criado en Pedro Muñoz (Ciudad Real).
Estudios universitarios de Psicología Clínica en la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid y de Derecho en El Real Colegio Universitario María Cristina de El Escorial y Universidad Complutense de Madrid.
Galardonado en 1.992 “III Concurso de Creación Literaria Para Niños”, por el Excelentísimo Ayuntamiento de Ciudad Real; Poema “El Moroso”.
Galardonado en 1.996 “III Premio Literario Villa del Mayo Manchego”; Romance “Noche de Estrellas”.
En 2.004 publicación de “Cuentos de Pan y Pimiento” por Biblioteca de Autores Manchegos, siendo entonces el autor más joven con que cuenta dicha editorial.
En 2.009 estreno en la sala Galileo Galilei de Madrid, del cortometraje “Tres mejor que Dos” del que es único guionista.
Desde diciembre de 2.012, publicaciones en revistas de artes y letras como “Luces y sombras”, “La hoja azul en blanco” y “Troquel” entre otras.
Seleccionado en 2.012 y 2.013 para dar recitales en los ciclos Poesía Joven de la Comunidad de Madrid.
Galardonado en octubre de 2.013, con el Primer Premio del XXVIII Certamen Internacional de Poesía Mística de Malagón.
En enero de 2.014 poemario “El niño y la guerra” (Vitruvio).
En Junio de 2.016, participación en el libro de relatos polifónicos “Un año Después y otros relatos breves polifónicos” Ediciones Sial Pigmalión junto a otros autores españoles y americanos.
Conferenciante en la I Feria del Libro de la Universidad de Cartagena de Indias (Colombia) y en la Universidad Nacional de Honduras en Tegucigalpa (2.016) y en la FILBO de Bogotá (2.017).
En marzo de 2.017, participación en el libro de cuentos infantiles “El cumpleaños de Aracne” Ediciones Sial Pigmalión, también junto a autores españoles y americanos.
En abril de 2.017 poemario “Días de silencio” (Pijao editores) Colombia y (Pigmalión) España.
POEMAS QUE HACEN REFERENCIA AL INVIERNO DEL POEMARIO DÍAS DE SILENCIO.
De “Días de silencio”.
En la casa.
Habito en una casa
que ya no tiene dueño,
en un rincón de algún planeta.
Entre tejados rotos
de vigas con carcoma,
chimeneas sin humo
y puertas abatidas.
Un paraje recóndito de sueños
con las torres cansadas de sí mismas.
Un paraje de sombras
que ruedan por el césped amarillo
y las albercas secas.
Una estación sin trenes, sin viajeros,
que no permitirá ya mi retorno.
Un recuerdo difuso de bombillas
y postes de teléfonos
que no esperan a nadie al otro lado.
En el hueco de camas ya vacías,
aún sigo esperando.
Aquí, por cada invierno,
por cada primavera taciturna,
sin que llegue el verano.
Habito en una casa
que ya no tiene forma.
Un pueblo sin vecinos
y el campo yermo.
VIII.
Ya no recordaré aquella estampa triste
del reloj que repite la clausura.
Ni la luz sin costumbre en el invierno,
ayer, cuando te fuiste.
Ni la fácil palabra
que no encuentran tus labios.
Un ya pasado,
un pretérito casi.
Un destello de sol recién amanecido
que hace fruncir los ojos.
IX.
Las sábanas de raso
de la triste mañana del invierno
nos han acostumbrado a sus maneras,
con la nostalgia.
El anaquel dormido de oropeles
nos pesa en la memoria.
Un rastro de amargura nos invade
por la leve fragancia de la ausencia.
Y el incompleto nimbo de la vela
ha dejado temblores que ya no tienen miedo
de nuestra sombra.
Así será la luz de la furiosa
estampa de la noche,
cuando recoja el mango de la azada
que remueve el recuerdo.
XXIV.
Empiezo otra semana
sin querer anunciar que sigo vivo.
Sin importar a nadie.
Otro día de fiesta
en este interminable maremoto
que resultan mis horas.
Otra noche de alcohol y de piano.
Cuando abrasa el invierno en los estores
de otro agosto incompleto.
XXXVIII.
Nacieron del cartón algunos hijos
en un huerto de inviernos,
de escondites con huellas,
entre rotos tablones apilados.
Nacieron perros nuevos
sin bozales ni pulgas.
Más cerca del infierno,
no se callan las lágrimas.
LII.
El impaciente olvido
de hojas y violetas
no te latía.
Tanto te amé
que me he gastado.
Tejeré un corazón para el invierno.
LXXIII.
No ha querido esperarme
el paspartú, cansado
del gélido paisaje del invierno.
Sobre la fuente llena de los líquenes,
en el jardín marchito,
aguardo la llegada de tu nombre.