Francisca López García
Nationality: 151
Email: gaviotadelsur1@yahoo.es
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RECUERDOS
Cuando el alma se llena de vivencias,
cuando el día se llena de presencia,
cuando la tarde te avisa del mañana,
cuando los ojos se cierran para verte,
entonces, el recuerdo de tu ser es permanente,
entonces me invade tu sonrisa y tu aliento,
entonces me abraza tu mirada…
¡Oh tormento!
de sentirte a mi vera y no verte, pues
tus gestos, tu tacto, tu soltura,
el garbo de tus pasos a mi lado,
y el amparo que a mi ánimo cobija,
va envolviendo a mi alma, dulcemente,
¡en mi yo y en tu aventura!
Francisca López García
Sevilla 6 de abril del 2013
ERA LA SOLEDAD (A Miguel Hernández)
Era la soledad
quién le rondaba de noche,
la punzante desazón
cuando amanecía el día.
Qué lejos estaba su casa,
la carita de su niño,
sus escritos, sus anhelos,
su dulce compañera,
y hacer cuanto ella quería…
tomar entre sus manos
sus lágrimas en la caída,
besar con besos serenos
sus húmedas mejillas.
Era la soledad
quién le rondaba la noche.
El sonido de los pasos
fuertes, recios, y de mala voluntad
los que anunciaban la ida
de nuevo hacia el hospital
para hacerle la sangría.
Así, ronda tras ronda,
noche tras noche, y
por fin llegaría el día
en el que la soledad quedase sola
sin tener por compañía
al dolor, la incertidumbre,
la tos que partía su pecho…
llegaría, y… llegó.
Hoy, ya no hay oscuridad,
el sol, para él brilla
con un resplandor perenne,
donde encuentra la alegría,
pues ya no hay noche cerrada,
sólo se vive en EL DÍA.
¡Quisieron darle la muerte
y le dieron larga vida!
Letras que llevan la sangre
inocente en su caída
que regó la tierra amada
floreciendo muchas vidas,
donde no habrá, ya, soledad
que ronde por las esquinas
de…las ideas, los sentires, y…
¡de la palabra escrita!
Francisca López García
Sevilla, 16 de febrero de 2010
ANHELO
Perenne noche ancestral de un mundo
que vueltas da alrededor de una estrella.
La luz, su fuerza vital e inmensa.
Iluminador común de unos seres
pequeños e inteligentes, que
nacen, moran, y mueren.
Todo comienza, se acaba, se renueva
en un infinito día con la noche por quimera.
Armoniosa maravilla,
cuánto sentido tuviera tu ser madre,
tu girar, tu suspensión en la niebla,
si en la espera al nuevo día
sólo el amor, fuerza dinámica, fuera
el eje de rotación de una deliciosa espera,
hasta despuntar el día
que sumirá toda noche.
¡Amada fraternidad:
Tierra Feliz, Tierra Nueva!
Francisca López García.
(final del siglo pasado)