Siempre digo que somos lo que escribimos y que de este modo nuestras letras, es nuestro espejo. No hay más. Comencé a escribí a raíz del fallecimiento de mi abuela, pero no basemos esto en el drama. Me inspiro del recuerdo y en ellos inspiro mi vida, en detalles que la vida nos regala y recuerdo que, era ella, mi abuela, quién un día me cogía del brazo y mientras me sonreía me recitaba uno de sus poemas, yo era un niño, pero me hacía muy feliz. Y así un día y otro, y otro más. Siempre lo hacía y siempre sin yo darme cuenta tatuaba en mi la esencia del poema. Hoy lo llevo tatuado en el alma. Hoy mi alma es poesía y en parte gracias a ella.

Voy a cumplir treinta años y desde los 17 llevo dedicado a la poesía, no como profesional pero si como aficionado con una trayectoria y una práctica regular y constante. Trece años sumergido en esta historia y una página más en mi vida que hoy agradezco.

Cuando sentí que mi vida se iba con ella… llegó la poesía y cambió mi vida por completo, renovándome de gozo, satisfacción, ilusiones renovadas, sonrisas, risas y aunque también de tristezas, pero una cosa tengo clara, y es que la poesía ha sabido hacerme diferente y verdadero.   –Lo que nunca imaginé ser. Hoy soy-   y gracias a ella.

 

Hoy hablo de ti.

 

A ti

Que me cuidaste durante años

Que me quisiste como a tus hijos;

Que añorabas de mis sonrisas

Como únicas y tuyas.

 

Que añorabas la vida

Y tu vida éramos nosotros;

-Tus niños-

Los que crecimos contigo

Desde párvulos hasta hoy.

 

Y hoy te recordamos y te queremos,

Porque al igual que de ti

Necesito de tu sonrisa como única y mía

Por lo especial que resultó.

 

 

A Huelva.

 

Este es mi pueblo;

Huelva, y su conquero,

Tierra para el poeta

¡Y cómo no!

Cuna del fandango.

Platero escribió Juan Ramón

Toronjo a Huelva; Su Huelva cantó,

Cantares hondos y su Rocío;

Todo enamoró.

Y que soy un enamorado de Huelva

¡Que eso lo sé yo!

De sus costumbres, sus tradiciones,

Y es que Huelva, lo tiene to’.

 

Playas, sierra, gastronomía

¡Y cómo no! Su Doñana;

¡Que no falte, por favor!

Porque Juan Ramón escribió a Moguer

Y a Huelva cantó por fandangos.

Y es en lo alto del conquero donde brilla esa mirada;

La de la patrona.

 

Y yo que nadie soy, eso sí,

De Huelva como ninguno, que escribo estos versos

De gozo e inspiración.

Y es que mi Huelva lo tiene to’

Versos, fandango, gastronomía, mar...

Sierra.

¿Se puede vivir con más arte?

¡Que no, que eso lo sé yo!

 

 

 

“Poema a una invidente”

  

Sueña que el violín la canta,

Ella; dulce y apasionada, no es amada

Pero siente que el violín la ama…

 

Ella aún sueña con ver el arco iris

Danzar entre las notas de una guitarra,

Mira al frente; y solo siente

La mirada cautiva en espera…

 

Ella siente que el violín la canta

Y sueña con ver el arco iris

Danzar entre las notas de una guitarra.

Y ella ama…

 

Quisiera que estas letras  quedaran gravadas en su retina,

Pero la música no hace falta mirarla;

Se siente; en la mirada de una invidente.

 

… en la mirada de una invidente que

Que simplemente ama poder sentir la vida;

Y que dibuja el arco iris, en su mejor versión.

 

A veces no hace falta ver, para sentir,

Solo debe de sentir, que puedes ver…