Maria Oreto Martínez Sanchis
Nationality: 151
Email: oretomartinez1@gmail.com
Nationality: 151
Email: oretomartinez1@gmail.com
Maria Oreto Martínez Sanchis, nacida en Valencia (España). Soy licenciada en Lengua Española y en Lengua y Literatura Catalana.
He publicado poemas y cuentos en revistas digitales como Salamaga (Promesa cumplida, Seducción y Miguel Hernández: condenado ayer , héroe hoy) y Artekiltro (Naranjo enfermo). Magaoliveira leyó dos relatos míos,Psicópata y Travesía nocturna en su programa Clandestinos, y Carles Gova recitó un poema: Poema chocolateado (cuyo título real es El elixir de la ilusión). He publicado poemas y relatos en Antologías conjuntas: Pinceladas de relatos y Antología del poeta y artista virtual, Tributo a Violeta Parra, Antología de la Revista de Marcela, Mil poemas a Neruda, Mil poemas a César Vallejo y Mil poemas a Miguel Hernández. También he publicado un relato erótico, El buen revolcón en Antología Piernas Cruzadas.
Gané en el 2011 el Premio a la Excelencia narrativa en la Red de Escritores de Coquimbo con mi relato Impotencia, y el segundo premio en poesía con Paz. Algunos premios en Unión Hispanoamericana de escritores y en Sociedad venezolana de arte internacional, así como en la Revista de Marcela.
En el 2012, entre otros premios, gané el primer premio de prosa juvenil en Castillo Mágico de poetas con La Magia de las Brujas. Obtuve el primer premio de soneto en UHE con Acobardada paz, y fui finalista del certamen de Órbita Literaria con mi poema Laberinto, ya publicado.
He escrito dos novelas juveniles en catalán: Misteri a Perpinyà y Reminiscències.
EN HONOR A VÍCTOR JARA
¿Podrán tus restos descansar en paz
después de cuarenta años de sufrimiento?
¿Podrá tu valeroso espíritu dormir
después de la cobardía que te arrancó la luz?
Mi querido Víctor, no eras una amenaza armada,
solo eras un espíritu dotado de blanca aura,
solo eras un hombre dispuesto a luchar por un ideal.
No existe mayor peligro para un alma cobarde
que un ser entregado a vindicar sus ideas,
que un hombre armado de guitarra y de hermosa voz
al que sabe que nunca podrá acallar..
Tus letras, amigo mío,
llegaban a los espíritus sedientos de justicia,
los enternecían y les inculcaban el amor a la libertad.
Todos poseemos unos derechos inalienables
que llegaban a través de tus canciones al pueblo,
un pueblo acostumbrado a las botas de los señores,
que no eran los españoles, sino sus propios hermanos,
un pueblo que reclamaba la equidad,
un pueblo que sentenció en las urnas su voluntad.
¿Cómo iba a perdonarte la pérdida de su corona
la falacia democrática que había gobernado hasta entonces?
Caíste en la Universidad junto con otras almas sedientas de fe.
La tortura segó tu alegría, pero anhelabas vivir,
el amor te esperaba en el hogar y tú no le podías fallar.
Esa mujer que era tu sangre, que era tu lujuria y felicidad,
esas dos niñas con las que reías y que esperaban a su papá.
Pero el ultraje destrozó tus manos, símbolo del triunfo de un ideal,
ofendió tu cuerpo y acabó por matarte al no conseguir tu rendición.
¡No llores, Víctor! ¡Tú nunca pecaste! ¡No fuiste tú el traidor!
La voluntad de un pueblo se respeta ¡nunca se cuestiona!
Perder unas elecciones no es una deshonra…
¡Atacar la democracia es cruel villanía de bandido sin corazón!
¡No llores, Víctor! ¡Tú nunca pecaste! ¡No fuiste tú el traidor!
Fueron las suelas de los ilustres,
de los que se ocultaban bajo la capa del Creador,
las que profanaron la voluntad del pueblo
y asesinaron creencias ajenas sin remisión.
¡No llores, Víctor! ¡Tú nunca pecaste! ¡No fuiste tú el traidor!
Tú eres esencia viva en las manos del pobre,
en la amplia mente que escucha tus ideas
capaz de compartir tu níveo corazón.
¡No llores, Víctor, que nadie nunca podrá matar tus principios!
Maria Oreto Martínez Sanchis
EN TU PECHO DORMIDO
Claveles reventones en tu pecho dormido
marcaron el silencio de tu triste agonía.
La muerte paseaba aquel día elegido
en que un ángel sin nombre torturado moría.
En aquel triste estadio apagaron tu vida,
antorcha de mil luces de recuerdos tatuada.
Murieron nazarenos por venganza temida
a manos de fusiles de culata irisada.
Destrozadas las manos aquellas que tocaban
las sagradas baladas que las mentes abrían,
tus labios se cerraron, tus ojos no pensaban
que las santas palabras de bruces caerían.
Pero se levantaron y en su risa argentina
se rebeló tu pueblo dispuesto a la batalla,
dispuesto a continuar con tu lucha divina
porque un gobierno impuesto la miseria no acalla.
Amigo Víctor Jara, masacraron tu cuerpo,
pero los dictadores no asesinaron tu alma.
Maria Oreto Martínez Sanchis
TU ALMA
Tejiendo la telaraña de los sueños
vive tu alma, resignada a morir.
Sus cabellos son de fría seda
sujetos con una concha de marfil.
Es la dama que te confirió la gloria,
aquella que te convirtió en mujer,
la que te proporcionó el entendimiento
en cada noche y nuevo amanecer.
Es la princesa que pintaba las ideas
que ibas desgranando como el trigo,
maduras fuentes que te alimentaban
y que te ayudaban a vislumbrar el camino.
Pero se amilanó, vestida de tormenta,
al percibir tus anhelos de libertad,
que volaban como golondrinas
en busca de otro nido, de otro hogar.
Ahora vive escondida en el poso
de las ideas que un día sembró,
bordando entre quimeras tus embelesos,
ocultando su fracaso y desolación.
Maria Oreto Martínez Sanchis