Mateo Morrison
Nationality: 122
Email: msacalidadycultura@yahoo.es
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Mateo Morrison
Mateo Morrison, nació en Santo Domingo. En la historia de la literatura dominicana corresponde a la Generación literaria de Posguerra. Ha participado en un sinnúmero de conferencias, recitales, encuentros internacionales de cultura y poesía. Recibió en el 2010 el premio Nacional de Literatura, la más alta distinción que se otorga en vida a un escritor dominicano. Ha publicado más de 30 obras correspondientes a diversos géneros literarios, principalmente de poesía. Entre ellos; Aniversario del dolor, Visiones del transeúnte, si la casa se llena de sombras, Nocturnidad del viento, Dorothy Dandridge, Espasmos en la noche, Tempestad del Silencio, Pasajero del Aire, El abrazo de las sombras y Terreno de Eros.
1
El tiempo es un anciano que descansa.
FRANCISCO BRINES
Casi libre de pensamientos
el anciano se aposenta
en el más pequeño
banco del parque.
El viento que levanta las faldas
le trae una leve sensación de bienestar.
Las horas llamearon su cuerpo.
Ahora está colocado
en esta miniatura de asiento
que le servirá de almohada.
Su cama será un conjunto de hilachas
con forma de estrella
pero sin luz.
Él, percibirá
en su extraño mundo
que la muerte merodea
como incendio voraz
su anatomía.
Vegetativamente sonríe
en una mueca
escoltada por dientes
que existieron.
A su lado la vida continúa.
Ratas multiplicadas en las aceras.
Ligeras lluvias acarician las rosas pisoteadas.
Una mariposa se pasea solitaria
y una luciérnaga
parece mantener la esperanza de que pronto
la noche cesará.
En este lugar todos avanzan veloces
para alcanzar algún espacio.
Nadie se detiene a acompañar
a este ser que lleva
el tiempo entre los huesos.
2
No es una mujer sola
es un estado transitorio
entre dos soledades.
YOLANDA PANTÍN
La anciana se desplaza en su hábitat.
Comparte su supervivencia
con insectos que van migrando
hacia lugares más propicios.
El sitio donde duerme no tiene borde.
Todavía siente las caricias
de la superficie que recoge sus pisadas.
Reza, pero su iglesia es la calzada
donde antes los muchachos fisgaban
su cuerpo.
La lascivia caía como agua de madrugada.
Se humedecieron alguna vez sus piernas
espejeando sus ropas raídas.
Humores antiguos cruzaron sus arterias.
Marismas cuajadas rondaban
por sus bronquios.
Ya ese vientre reclama cenizas.
Se zambulle en el recuerdo de unos labios
que fueron fosforescentes
y ahora no saben pronunciar el adiós.
Una manta trata de ocultar
el arribo del rocío.
Piensa que su estar en la tierra
fue demasiado fugaz.
El calor ahora pretende derretirla.
Sería bueno volver a contemplarla
antes de que se evapore su presencia.
3
La daga que construyes para herirme. El cuchillo imantado
que lanzas a mi pecho.
La tea con que incendias mis pisadas. La herida en mí descui-
dado rostro.
Las abejas que entrenas para emponzoñar mi espíritu.
Las aguas infectadas del jardín que cultivas para ensañarte en
mi cuerpo derribado.
El pistoletazo que buscaste en el poema de Maiakosky para
penetrar en mi sien.
Los restos de cicuta que indagas en la historia para que su
esencia destruya mis entrañas.
Las investigaciones que avanzas para aprender y aplicarme las
torturas más sublimes de la postmodernidad.
La cámara de gas que fuiste a conocer para estudiar
la posibilidad de mi holocausto particular.
La mirada que exhibes cada mañana forzando
a refugiarme en la quietud.
¿No son suficientes para detener tus asedios a mi sombra?
4
He aquí donde están colocadas las criaturas
que van a ser estatuas.
Entes tallados sin sudores
y sin nada que circule por sus venas.
Ya están listas lejos de las ciudades donde deambulan
tantos seres anónimos que nunca serán esfinges.
Trasladen ya a los seleccionados para la gloria
y déjennos con nuestra intrascendencia,
dispuestos a morir como llegamos,
emitiendo un pequeño grito.
Arropándonos con la sábana del olvido.
5
Los ojos que insertaste en las paredes
no ven más que a las paredes mismas.
Hacia los lados emerge una luz desvanecida.
¿Es que le falta amor a esos ojos?.
Un museo silente tu mirada.
Sólo el oblicuo sentido de la vida
mantiene esta ilusión
de sentimientos contrapuestos.