Jenny Alfaro Perona

Nació en el departamento de Ica, provincia de Chincha. Hizo estudios de Pre Derecho, Sociología e Historia del Arte. En 1963 obtuvo Mención Honrosa en el Concurso “Poeta Joven del Perú” (Revista Caretas, 1964). Estudió Artes Gráficas, Dibujo Artístico e Historieta Popular. Participó en Seminarios, Consultas y Encuentros Latinoamericanos sobre la realidad de América del sur y el Caribe, en Perú, Uruguay, Chile y Argentina. En estos países también estudió Comunicación Integral; Investigación Social y Participación Popular; Desencuentros entre las Cultural Populares y Culturas Políticas; Derechos Humanos y Dignidad de la Mujer; y Educación de Adultos. Durante más de 40 años trabajó en Proyectos Urbanos y Rurales con docentes de 4 regiones del país. También trabajó con organizaciones de mujeres de servicios alimentarios  (décadas de los 80 y 90): Comedores, Vasos de Leche, Clubes de madres, Organizaciones Autogestionarias y Comités  de salud. Con ellas, y jóvenes de la Costa Norte, ejecutó y acompañó temas sobre: Recursos para la Comunicación y Organización. Con las mujeres; además trabajó temas de Liderazgo; Derechos Humanos; Derechos de la Mujer; Promoción del Trabajo; Emprendimientos; Ingresos; Promoción de la salud y otros.

En los años 80 integró el Movimiento Peruano de Historieta Popular. Desde 1976, produjo  materiales educativos. Parte de este material fue publicado y traducido a otros idiomas. A fines de los 90 participó de una exposición gráfica con otros artistas del mundo, por las principales ciudades de Alemania, sobre los 500 años de dominación colonial. Luego, publicaron sus ilustraciones en la revista EPS de dicho país. En esa década fue invitada al 2do Encuentro de Poetas Sanmarquinas, y al recital final de dicho evento.

Recientemente la Misión de Basilea (Misión 21) de Suiza; publicó en su revista, una de los cuadros a témpera que quedó en ese país, luego de ser adquirido en una exposición. La Misión lo publicó, conmemorando sus 200 años de existencia. En este cuadro, la autora expresa la lucha de las mujeres que atendían los servicios alimentarios del municipio de Lima, para que fuesen de calida y llegaran a quienes eran los más postergados.

Desde los  años 80, integra el Movimiento Amaro de Poesía. Se casó en 1972, en Chupaca 
(Junín), y tuvo dos hijos: Juan Pablo y Lucía Urpi.

 

 

Sujétame a tu canto

Serafín nocturno

nos devuelves el día,

con tus manos de nieve.

 

Regálame ese canto peregrino

crezcan ramadas

y hundan raíces

en batallas heroicas de mi pueblo.

 

Escucho tus pies descalzos

chapoteando  en los ojos de agua.

 

Y vuelven los silbadores

incansables

 veloces

sobre verdes abismos.

 

Serafín

¿habrá otra noche de amanecer temprano?

¿llenará tu canto, los parques,

vacíos de niños? ¿pondremos en retirada a acosadores,

pedófilos y explotadores?

 

Canta Serafín,

quiero recordar

¿cuándo extraviamos en la tierra,

Las llaves de la vida?

 

¿Cuándo matamos la alegría del delfín

la ballena

y el coral?

 

Serafín nocturno,

sujeta tu canto a mi esperanza

y dime si es posible,

que la próxima mañana,

saquemos la traición

y avaricia,

por la puerta grande

queden expuestos sus crímenes.

 

Canta, canta,

retornen de su fuente

rutas libres

con salud y trabajo,

una nación que despierte.

 

Pongamos en su sitio al maltrato

y la muerte.

Desde hoy

que amanezca temprano.

 

Sobre el mismo suelo

Fuego de paz,

fruto de justicia,

¿Cómo encontrarte ardiendo en el corazón

de mi pueblo?

mujeres

hombres

humanidad

igualdad

iguales

sobre el mismo suelo.

 

 

 

A pie firme

Hoy la noche si vistió,

mientras me disolvía entre las sábanas.

 

Soy mujer y aprendo,

mi cuerpo se prolonga

con estaciones,

poemas y

combates diarios.

 

Soy mujer,

entre los aguaceros y

la grasa de los tornos

los hijos y las calles.

Mujer,

en los mercados,

el semáforo,

la gripe,

y los vendedores ambulantes.

 

Soy mujer, cuando comparto tus lunas, compañero

los días de esperanza,

con mis hermanos de alma.

 

Mujer si,

del calzado a la cabeza,

a pie firme,

con dos brazos armados de ternura.