Maritza Saavedra Manriquez
Nationality: 130
Email: msm8015@gmail.com
Nationality: 130
Email: msm8015@gmail.com
Maritza Saavedra Manríquez
Chillán- CHILE
12.01.1967. Comenzó a escribir de niña; a los ocho años ya integraba Talleres Literarios en la Esc. España de Niñas de Chillán, Luego ingresó al Inst. Sup. De Comercio, donde publicó en la revista del Colegio bajo el amparo de la Prof. Guía Sra. Ana G. Valenzuela. Actualmente sigue escribiendo poemas, que publica en la página de Escritores Hispanos, En la Revista digital “Luz de Candil” y en su página denominada Maritza Saavedra M. – El vuelo de la Gaviota. Uno de cuyos poemas fue recibido para la Antología de poemas “Mil Almas, Mil Obras” del Poeta Alfred Asís de Isla Negra.
LA PENA DE MI DULZURA
Recoges los pedazos
Una y otra vez…
Vuelve a quebrarse tu tranquilidad…
Se cansa tu alma de habitar este cuerpo
¿Hasta dónde?
¿Hasta cuándo?
¿Por qué? Y ¿Para qué?
Te preguntas, una y mil veces…
¿Es que alguna vez tendrán respuesta
Estas interrogantes?
Cuanto daría porque tu dolor fuera mío,
Porque tu pena viniese a acompañar mis días
Porque no tuvieras que sufrir,
Cuanto sería capaz de hacer
Para que sólo la alegría te rodease…
Mi pequeña, mi adorada…
Alma de mi alma…
Mi cara mitad…
Cómo no intuí, como no fui capaz
De vislumbrar en tus profundos silencios
En tus dolorosos mutismos
En el tangente abismo que se abría bajo tus pies…
La pena del alma es grande y duele como mil cuchillos
Pero la pena de un hijo
Son mil penas en el corazón, los cuchillos que nos rasgan
Se multiplican por cientos…
Como quisiera trocar tu dolor en risa
Tu tristeza en dicha
Tu llanto en tranquilo sueño…
Mi corazón ya no da más…
Siento que se oprime como si lo apretaran
Miles de manos invisibles
Como si el llanto que habita en mí
No fuese suficiente para llorar tus tristezas…
Como pedirle a la divinidad
Que me entregue tus cuitas…
Los hijos no deben sufrir…
No es para eso que los trajimos al mundo
Los hijos no deben llorar
A menos que sea la felicidad
La que causa ese llanto…
Los hijos no deben penar…
Un hijo no debiera…
Sentir que no queda nada porque vivir
Nada por que luchar…
Recuerdo tu carita
De dulce azucena de julio…
Cuando llenaste de dicha mis días…
Hoy, quisiera devolver el tiempo
Para acunarte en mis brazos
Para volver a protegerte en mi regazo
Mi dulce suspiro…
Volvería con gusto
A desandar los días
Para volver a vivirlos
Y llevarte por caminos
Que no te conduzcan a la pena…
Equivocar el camino
Es tan fácil a veces…
Errar el rumbo
Cruzar la brecha que nos lleva
A sendas de pesar…
Vuelve a sonreírle a la vida
Vuelve tu dulce faz hacia el sol primaveral
Llena tu vida de gozos
Regocíjate en mi amor…
Que aunque en los momentos de pena
Todo a tu alrededor sea oscuro
Aunque sientas que las ganas de vivir te abandonan
Estará tu madre, a tu lado
Para entregarte su amor.
EL DOLOR DE LA DISTANCIA
Las heridas no sanan.
El dolor recrudece
Y se acrecienta con los días…
Quiero salir a la superficie
Pero mis pensamientos me llevan
Una, otra y otra vez al fondo…
La sangre se agolpa en la herida abierta
El martilleo incesante del pensamiento en las sienes
La angustia, la afiebrada intriga
De esperar lo que no acontece…
Es el dolor que me llama,
Es el padecer compañero de mis días
El cansancio de vivir…
Ay! Si te tuviera y me contuvieras…
Oh, inefable mar de mis tormentos!
Que dulce agonía esa de morir entre tus brazos…
Que gloriosa dicha la de perder el sentido
Acunada en tu pecho…
Hoy, que estamos a la distancia de mil mares
Y nuestras manos no caminan entrelazadas
Ensoñándonos con un futuro incierto…
Pienso…sintiendo partírseme el alma,
¿Volveremos alguna vez a desandar los caminos
Del dolor y de la duda?
¿Volveremos… alguna vez, a mirarnos de frente
Sin hacernos daño?
Ay! Dulce agonía de mis pesares…
Si pudiera volver a mimetizarme con tu silueta
Si pudiera tornar a esconderme
Del desfalleciente destino
En las profundidades del abismo de tus ojos
Si, tan sólo, mis labios pudieran morder
La duda de los tuyos, con el más dulce de los besos…
Pero a veces, las distancias
Nos pesan tanto por los kilómetros,
Aunque por sentimientos
Nunca hemos estado separados…
Es tanto lo que nos une
Es tanta la mancomunión de nuestros corazones
Que es irónica la vastedad de las distancias
Que se puebla de la urdiembre de los caminos
Que alejan, inevitable e invariablemente nuestros cuerpos…
HE ALZADO EL VUELO
Ahueco mis alas
Y espero el mejor viento
Que me llevará
A rutas insospechadas…
Nuevos caminos
Que se abrirán ante mi presencia
He dejado atrás
Días de despiadada tristeza
Noches de profunda oscuridad
Amaneceres en soledad
Es inminente la partida
De la agobiante realidad.
Recomenzar…
No es volver atrás…
Es seguir, caminar
Hacia el vasto horizonte
Que se muestra pleno
Para recibir mis alas abiertas en vuelo
Surcando mares cielos cuajados de estrellas
Tratando de alcanzar el caminar sereno
De mil lunas…
Voy a abrazar el sol…
Y me fundiré con las olas de la playa…
Hoy…sigo adelante,
Dejando atrás como estela en las nubes
Que despejará el viento sobre la arena…
Mis penas, profundas experiencias
De una vida…que dejo atrás.