Alejandro Zúñiga Delgado

Nací un 29 de diciembre de 1958, en la ciudad de Puntarenas. Estudie primaria en el cantón central propiamente en la Escuela Delia Urbina de Guevara, y la Secundaria en el Liceo José Martí y  mis estudios de Abogacía y Notariado en la Universidad de Costa Rica. Mi experiencia como Escritor en la poesía la inicie con poemas realizados a mitad de secundaria, En mi vocación poética publique el libro publicado de nombre Tristes Alegres y Amorosos. Y este momento estoy terminando la revisión de mi segundo libro de Poesía.

Se presenta en este Escrito las siguientes poesías de su vocación literaria:

 

GERMINAR EN EL INFINITO

Soy un punto mínimo en la luz.

Soy un punto mayor en el horizonte,

Germinando en el cielo y  la mar.

Limpiando el  escondido  truhan recuerdo

torcido del  ayer

Son mis pequeños trances.

Que me generan el sabor infinito de vivir

Del correr en la arena

suelto como el viento fluido del mar.

Para aprender ligero en la planicie

los significados del tiempo.

Preguntándome que pasara

cuando abra la puerta

¿Que ocurrirá? Será un misterio o lo mismo de siempre.

Puntarenas

A mi puerto las olas lo reciben

y lo llevan mar adentro,

junto con el las gentes se dejan ir,

ya sea en la noche o en el día.

como luchadores de la vida

sin fama ni precio

con un silencio de mar en calma

propio del romance de las puntas y arenas.

Aquí te va esta loa

a mi gente de todo color

y siempre de todo amor.

Sin recuerdos de primavera sino de sol ardiente

como los primeros besos de su gente.

Tan humilde como marea baja

y tan digna como  marea alta.

Puerto bello, puerto grande

Te llevo  tatuado en mi piel y corazón.

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HUMILDE PSICOANÁLISIS  

Soy un niño en un capullo adulto, 

un parto de treinta y tanto años,

diario correr en una rutina sufrida

Teniendo barba, pero sin saber para que

salí al mundo, no llevaba ni un solo equipaje,

más bien era simplemente un proyecto de hombre

no plasmado todavía.

Sin las razones del nacer, crecer,

brincándome las barreras, cayendo al hombre maduro,

con el dolor del pequeño que cargo a cuestas.

No entienden si al ver caer la lluvia

no propongo ninguna idea

de algún plan para alcanzar la meta.

Soy responsable de la felicidad de un niño

que le costó alguna sangre disfrutar un confite

Hombre en formación que arrulla al párvulo

gemelo creciendo en él.

Con la responsabilidad del modelo que debe ser  

Para aprender las experiencias normales de toda presión

auto cambiando los pañales, asunto difícil

pues en algún momento del trance

fue cambiárselos a un adulto

Pero no todo fue rigor, pues hubo juegos y

de vez en cuando una travesura 

porque también hay que aprender a reír

Aunque todos te crean adulto,

Sin saber que llevas un niño adentro.

Creciendo grande, familiarizando con la tristeza y felicidad,

quedando atrás el parto natural, cuando fui una esperanza por solo serlo,

cándidamente una condición necesaria.

Con ese todo es difícil mantener feliz a un niño-adulto.

Por que todos te ojean  y comentan que le pasa a ese tipo,

sin imaginar que yo cargo un niño.

 

Estos poemas forman parte de mi segundo libro.

Te agradezco la oportunidad presentada a mí