Vicente Espinales
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Celos
Baja un poco la sombrilla
El sol está quemando tus pezones
Y sobre la arena caliente
Un par de piernas se entusiasman.
Y te aclaro que no me sorprendo de nada.
Simplemente tengo terror a los anzuelos
A los ojos desorbitados
A la malicia servida a plena luz del día
Y a la falsa posición de los abrazos.
Talvez me esté consumiendo en mi vejez
O en esa libertad repasada que me acusa.
Pero me importa más
Que todo el tiempo ya vivido
Tu perfil de fruta apetecida
Tu busto al viento
Y esa copa derramándose en mi mirada.
No te inquietes
Si digo que bajes la sombrilla
Si es que importa.
Caso contrario, desnúdate más
Y más. Que así es como yo te amo.
Y que todos entiendan
Este lenguaje de amor
Que tengo para tu cuerpo.
Y esta razón de amarte
Para tu enriquecida vida.
Llamada
Me dicen que llamaste
No sé desde dónde.
Tus vuelos son tan mágicos
Que en mí son separaciones.
Ayer una, hoy otra.
Y talvez mañana la última.
Siempre es la última.
Porque volvemos galopando
Al sitio de la entrega.
Allí sin timbres alucinantes,
Sin interrogaciones
Los cuerpos son los cuerpos
Las pieles se deshojan.
La noche es una sola.
Y los dos entrelazado
Para seguir el cuento.
Pero ayer mismo te fuiste
Y comprendo que andas desesperada.
Ahora otra vez
Quiero volver conmigo
Para lo mismo, para lo mismo.
Talvez te vuelva a recibir
Pero por si acaso no te molesta
Haz un esfuerzo
Y vuélveme a llamar.
Discúlpame
La puerta estaba abierta
Arreciaba la lluvia
Hacía mucho ruido en el tejado
Y el viento era una constante
Entre mis huesos.
Almacenaba de verdad anhelos
Desde la última llamada de emergencia.
No enloquecía. Suspiraba en medio
De la inquieta soledad
Que entraba de puntillas poco a poco.
Decidido entonces a permanecer despierto
A ser guardián de mis propios sueños
A tratar de embriagarme con recuerdos
Y a no dejarme vencer en el cansancio.
Así llego desnudo a tu aposento
Al mismo lugar de los encuentros.
En donde ni tú ni yo nos consolamos
Invierno tras invierno.
Discúlpame me ensortijó el deseo
Me bañé sin quererlo en tus adentros.
Y lentamente fue descendiendo en la promesa
Hasta quedarme frente a ti sólo en mis ojos.
Ahora, bien puedes marchitar la lluvia
Que aún se anida entre mis huesos.
Soy el mismo de ayer con más sigilo
Y sin embargo tirito todavía.
Vamos, dejemos los lamentos
A la tierna suspicacia del anhelo.
Los dos somos una guitarra desprendiéndose
En la noche
Con un canto latiendo en cada cuerda.
No me sorprendas cerrándome la puerta.
He venido a tu encuentro.
Tómame, desgárrame, incinérame.
Sólo tú conoces la adivinanza de mis besos.
No le hagas sombra.
Siémbralos en tu amanecer
Bajo la lámpara.
Biografía
Vicente Espinales, de nacionalidad ecuatoriana, es autor de “Enero” y “Febrero”,
dos libros de poesía, de “Actitudes Sexuales y Drogadicción”,
un libro de investigación social. También ha publicado “Poesía
76” y “Eloy Alfaro y la Cultura” libros de investigación histórica,
y por último “El Gorrión Regresa por sus Alas” que es una antología
poética.