Maguy Blancofombona
Poeta franco-venezolana
Maguy Blancofombona (Caracas, Venezuela) es autora de los libros de poesía Sólo huellas (Barcelona 1993), Marismas (Madrid 1998), Oberturas (Madrid 1998) y Ronda de animales (Madrid 2011). Publicaciones colectivas: Errances I (París 1993) y Errances II (París 1994). Actualmente revisa su quinto poemario Voces del cuerpo. Otras publicaciones poéticas en revistas y periódicos en Bélgica, España, Francia y Venezuela.
Licenciada en Letras, Universidad Católica Andrés Bello. Magister Scientiarum en Literatura Latinoamericana, Universidad Central de Venezuela. DEA en Ciencias del Lenguaje, École des Hautes Études en Sciences Sociales, Paris. Doctora en Estudios Hispánicos y Latinoamericanos, Université de la Sorbonne Nouvelle – París III.
Profesora titular de la Universidad Simón Bolívar. Especialista en literatura latinoamericana de los siglos XX y XXI. Participa anualmente en coloquios y colabora en revistas. Es miembro del Centro de Investigación CRICCAL - París III.
Organiza el Fondo Rufino Blanco-Fombona con los manuscritos del escritor venezolano. Traduce el libro Ensayos sobre geopoética de Kenneth White con el escritor colombiano Ernesto Mächler para la Universidad de Valparaíso, Chile. En 2002 tradujo el poemario Vientos y mareas para la Editorial Pequeña Venecia, Venezuela. Traductora del inglés y del francés para el sitio internet del Instituto de Geopoética. Trabaja en la edición francesa de su libro de ensayo sobre las imágenes fundamentales en la prosa narrativa hispanoamericana del siglo XX.
POEMAS
I
Recuérdame animal
de dónde vengo, de dónde vienes
Tú que unificas los tiempos
ábreme el camino hacia el rostro
perdido cuando defendía mis alas
cuando mis garras se unían
a la creación de este mundo
cuando danzábamos juntos
ordenando los espacios
Qué fue lo que olvidamos
en medio de esta lucha
Recuérdame animal
qué fue lo que perdimos
II
Esta es la piel, la piel en la que habito
aquella que marqué con un buril
en la que delineé los trazos
de lo que debía decir
las rutas a recorrer
y lo que escuchaba
la voz que me decía
lo que le respondía
Un día enrollé mi hollejo
lo cargué durante siglos
atravesé el desierto y aquí estoy hoy
les he traído esta piel desde un Mar Muerto
III
La ciudad estaba desierta
no sé si era por tarde o por miedo
Viviendo a Hopper
observé que las cuadrículas eran perfectas
los tonos negros y sepias
Con una idea clara en la mente
me acerqué a lo que podría haber sido un lago
pero escuché pasos
nos escondimos debajo del muelle
caminamos por una calle idéntica a las demás
nos detuvimos delante de una puerta oscura
subimos dos escalones con determinación
y entramos a nuestra última estancia terrestre
Me desprendí de ti elevándome en el infinito
pude verte abajo, sola
segura de que en algún momento
mi alma regresaría a tu cuerpo de perro
IV
Los rostros se vaciaron
perdimos la cabeza
sólo quedaron los orificios
los cuellos no saben qué hacer
los vientres se apoderan de la situación
ahora las sensaciones triunfan
el triángulo inferior dirige el mundo
Todos nos precipitamos hacia los deseos
es a ellos a quienes debemos preguntar
a dónde ir y qué hacer
con la violencia contenida en nuestros cuerpos
V
Que inquietud me llega
porque el sonido del viento es un estímulo
porque las voces regresan con la música
y Rameau que me pregunta a dónde fui
porque me estuvo buscando y no me hallaba
y finalmente fui yo quien fue hacia él
en aquella noche de otoño bajo la lluvia
y pasamos del caos al agua
del agua al aire y de él al fuego
hasta terminar en la tierra
y Marais que se despide
porque las dos fuerzas se unen en el tiempo
y nos sacuden nuevamente
reviviendo la Tragedia