Luis Enrique Prieto Vázquez
Luis Enrique Prieto Vázquez. Melilla, Norte de África, España, 1947. Vive en Cerceda, Madrid, España.
Médico ginecólogo y sofrólogo, escritor.
Director de la Revista Literaria Palabras Diversas: www.palabrasdiversas.com hasta su cese.
Responsable general de REMES: www.redescritoresespa.com
Miembro correspondiente por España del Círculo de Escritores de Venezuela.
Seleccionado para el Diccionario de Autores Contemporáneos de la Cátedra Miguel Delibes: http://www.catedramdelibes.com/autores.php?id=1578
Académico Asociado de la Academia Latinoamericana de Literatura Moderna.
Miembro honorario de la Asociación de Escritores de Mérida, Venezuela: http://www.escritoresmerida.com.ve/escritores/luisprieto.php#.URdQjPL_6rM
Fundador del Foro Sensibilidades, fundador del Foro Archipiélago.
Consulta gratuita de ginecología en la Red: http://www.islabahia.com/nuevoforo/index.html
Tiene una sección fija en la Revista Arena y Cal: http://www.islabahia.com/arenaycal/000portadaprincipal.asp
Web "Plumas Selectas" en Isla Bahía: http://www.islabahia.com/PlumasSelectas/luiseprieto/00principal.asp
Bibliografía:
Cantares de la Edad Adulta (poemas), 1975
El hombre, el hombre, el hombre: la tierra, la tierra, la tierra (teatro), 1968
Sensibilidades Primavera-2002 (Autor especial)
Sensibilidades Verano-2002 (Autor especial)
Diario de un Anarquista Atávico (Diario-novela), 2002
Sensibilidades Otoño-2002 (Autor especial)
IV Antología Internacional de Sensibilidades (Autor especial), 2003
V Antología Internacional de Sensibilidades (Autor especial), 2004
Nueve instantes en voz, multimedia, textos leídos, 2004
Antología Internacional Sensibilidades Oro, 2005
La memoria de los triángulos, novela, participación creativa en el personaje Hernán
Todas las voces, una voz (Antología de poetas de Radio Nacional de España)
Aladino está de vacaciones (relatos), 2003
Contra un muro de sal (poesía), 2004
Ditirambos, entre viajes y fantasías (literatura de viajes y relatos), 2005
Equidistancias de Mar y Sierra (poesía), 2007
Participación en la Antología LATIDOS CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO, con la prosa poética Guapita de cara, Ediciones Ateneo Blasco Ibáñez, 2012
Inédito: Poemario Desde esta orilla. 2017
ADIVINAR
He disfrazado de agua
la ceguera
para ver el olor de los sabuesos
que buscan cadáveres proscritos
por los rincones del aire.
Aprendí
del mar
a recorrer
los ocultos ojos de la noche
en pos de las palabras mudas:
renuncio
al sabor
del verano
para que el invierno fecunde
las lágrimas impotentes
de las princesas sumisas.
Solo resta adivinar cómo el oscuro
podrá convertir en azul
el corazón cansado del poeta,
cómo
declinar dolores y fantasías,
cómo hacer estéril
el dolor del tiempo, que pasa
dejando cicatrices en las olas.
Adivinar por qué ya no sirven los disfraces...
CUANDO EL TIEMPO SE PARA
Se para el tiempo…
Retrocede la luz
amenazando el discurso de las sombras
que han ido a esperar las lluvias
para llorar fracasos.
Hay un circunloquio impreciso
que desbanca la fidelidad de deseo
entre grises dolorosos:
fidelidad
del amor que huye,
soledad
del dolor que hiere,
contrariedad
de la espera muerta.
El tiempo se rompe
entre lágrimas obtusas
ajenas ya a los soles futuros,
inservible ahora a la voz
que enmudece entre heridas sin sangre.
Y cuando el tiempo se para
la canción se torna triste
escondiendo sus dientes en el vacío.
EL MONSTRUO, A VECES
El monstruo, a veces,
se disfraza de payaso
por carnavales de hambre o miedo
y se va a recorrer auroras
con su sonrisa de revivir las sangres
de los abismos.
Es entonces
cuando se hiela la furia
y los burdeles se tornan grises;
cuando el corazón
de las oropéndolas naufraga
perseguido por odios azules;
cuando el mar
ya no sirve para revestir sonrisas
sino para ahogar tristezas
de dolor y lucha.
El monstruo sin labios
alardea
de canciones sin futuro
para masacrar el aire,
rompe los ojos
de los vagabundos caídos,
burla-rompe-ve
la avaricia de la luz
que se esconde en las alfombras vacías.
El monstruo, a veces…
NO HAY TREGUA
Para Lola Bertrand, que ya no sufre.
No hay tregua
para el proscrito.
Aunque flameen
de turquesas y marfiles
los altos corredores
donde el silencio aguarda
para besar la muerte;
aunque el hambre de los otros
no invada las cárceles inmunes
por donde el placer aflora
vestido de princesa;
aunque la vida se apague
entre luces de calabaza y neón:
no hay tregua
para vivir
doliendo.
Si acaso
habrá que percutir los labios
hasta que los intestinos revienten de ira
para que la sordidez de la lluvia
ácida no alcance el corazón inútil
de los poderosos murmullos
que bisbisean por entre las caléndulas
agostadas de soledad y frío.
Si acaso habrá
que redistribuir las mareas
antes de que la tregua de los proscritos inicien
su masacre de dolor y lágrimas…
¿QUÉ HACER?
(para Ana Matilde, Marisa y Araceli)
¿Qué vamos a hacer con los silencios
que se amontonan al costado doloroso
de nuestra oculta biografía?
¿Qué hacer con los dolores contenidos,
con los besos callados y robados,
con las risas mantenidas en reserva,
con los amores que quedaron en secano,
con los gritos que tuvimos que ocultar
para sentirnos partícipes del tiempo?
Habrá que reconfirmar las emociones
en un ejercicio cotidiano de desgarros
y aprender a ventear hasta el límite preciso,
necesario y consecuente, los dolores
que son parte inamovible de la vida;
habrá que ir aprendiendo a retomar palabras
aunque nos duelan los conceptos y las dudas
de ser excepciones que se engullen los lamentos;
habrá que abrir las alforjas solitarias
para sentirnos parte indivisible de un futuro
que convertimos en hueco de silencios apagados.
Y entonces, abiertos los dolores y las sangres,
libres las sonrisas y esperanzas,
caminar codo con codo, piel con ojos,
como un batallón de locos aguerridos
que buscan unirse a la familia destrozada
de egregios sabedores del único camino
que aún nos va quedando...
ahora que sabemos
que ser felices es solo un ejercicio
de lágrimas y risas.