Agustín Serrano Santiesteban
Holguín Cuba
FIDELIDAD A MI SOMBRA
Me acechan, voy a perderme
con mi sombra en el vacío,
la duda hace un pacto impío
con la soledad. Inerme
queda mi voz. Si quererme
nadie intenta, si han violado
mis fronteras, obstinado
debo trasponer la puerta
y dejar atrás la incierta
angustia que me ha tentado.
Huyo, mi sombra ha saltado;
se deshace en la otra orilla.
Una nostalgia amarilla
nos va pintando el tejado.
Polémico, equivocado
quizás parezca el sendero.
Voy con mi sombra, prefiero
no quedarme, serle fiel;
abandono el carrusel
de lo vivido.
Febrero
cerró sus puertas. Qué artero
golpe deja la partida.
Odio la babel suicida
del pasado, ya no espero
milagro alguno; el agüero
bíblico perdió vigencia.
Mi sombra no reverencia
su virginidad a dios ;
sombra, escapemos los dos,
que nos perdonen la ausencia.
ANUNCIOS
Días vendrán de vértigo y centella...
J. Ibarbourou
Días vendrán de vértigo y centellas
a instalar su borrasca en mi sendero,
días vendrán de grises y aguaceros
a dejar en mi rostro tercas huellas.
Noches habrá sin luna, sin estrellas;
vida, con este miedo de perderte.
Vendrá la soledad, un tiempo inerte
de recuerdo en recuerdo cabalgando.
Será un día de otoño, no sé cuando;
pero al anochecer vendrá la muerte.
REFLEXIONES EN SOLEDAD
Esta huella que sorbo lentamente,
sombra de tanto insomnio pasajero,
es un resquicio del pasado fiero
detenido en mis ojos del presente.
De nuevo estoy a solas y la gente
me olvida en la penumbra del sendero,
después de tanto tiempo nada espero,
sólo mi soledad, pacto inclemente.
Quizás a solas sea más seguro
partir entre las sombras sin aviso,
deshecho del más pérfido conjuro.
Soy una sombra más, un indeciso
ser que atraviesa el tiempo sin apuro
sabiendo que no existe el paraíso.
CUANDO LA CIUDAD ES UNA ISLA DESIERTA
Atrás quedan los pueblos
el olvido que el polvo de las estaciones
ha ido marchitando lentamente
el humo de las fábricas
los cuerpos sudorosos de la noche
Todo atrás
Un perfume de aguinaldos
comienza a doler en algún sitio
No estoy anunciando la partida
simplemente lanzo mi botella
al mar de silencio que abandono
Todo atrás
los pañuelos ardientes en la playa
tu mano dibujada junto al anciano tronco
de los pinos
Está lloviendo a cántaros
y la memoria siente ganas de estallar
sino fuera mi voz
sino fueran mis manos
este sitio sutil donde aborrezco
a los traidores
No vale la idea de ser náufrago
cuando la ciudad es una isla desierta
donde cantan los pájaros metálicos del anochecer
Solo importa el mensaje
la nota de dolor que intenta hacer llegar un niño
que muere de nostalgia en las aceras.
SEÑALES
Voy con mi muerte por extraños senderos
adonde la huella inhumana de los hombres
ha sembrado la funesta semilla de la destrucción
cielos invadidos por virus y bacterias
selvas desoladas por el hambre azul
de la riqueza
Estoy condenado a la autocrítica
y mi vuelo es efímero
como el del insecto que perece ante la llama
Entre las pocas luces y los gritos
pasan los sucios papeles de la calle
el frío hereditario de los pordioseros
tocando a la puerta de los supermercados
Fayad soy vagabundo como tú
pero no tengo alba para descansar
y como algunos estoy perdiendo el alma
Aquí los árboles no tienen música
huele a hambre a soledad
a escasez de lluvia
y tengo que aferrarme a mi muerte para no caer
veo como tiembla su guadaña
ante los espectros de las ciudades
ante los rostros desconocidos de los niños
que hurgan en la profundidad de los espejos
La miseria golpea mis espaldas
un pez de fuego revienta en las aceras
donde la lluvia deja su fugaz señal
Atravieso el humo los deshechos
un mar silencioso y maloliente
La muerte siente náuseas de nosotros
el fulgor de su lágrima se pierde en el vacío
Quiero evadir la noche y sus fantasmas
pero es la noche quien huye de mi cuerpo
tengo sed pero mi agua es insalubre
No volverán las aves
aunque el paisaje sea el mismo
y la brisa sople desde el norte
invitando a partir
Odio mi temor a los sitios desconocidos
a la ironía de una pequeña luz
entre las sombras
Prosigo con mi muerte y tropiezo
un cuaderno de clases deambula en la aceras
Recorro este teatro de lunetas vacías
y mudos aplausos
la soledad no puede contener este sueño
mi muerte se ha quedado dormida en un portal
un ruido de aviones arrulla su siesta
No importa la hora el día el año
sólo importa esta lástima que tengo
por mi muerte
quien tal vez ha perdido su mayor pesadilla
Sollozo grito salto sobre las rejas
invisibles que me apresan
Despierto y una luz quema mis ojos
al fondo de los espejos amanece
y entonces comprendo que este sueño fugaz
puede albergar la profecía
Ahora se que la muerte tardará en venir
porque fuera del sueño y los portales
ella tiene lástima de nosotros
ella tiene miedo de nosotros
Fayad allá en la bruma del recuerdo
vuelvo a ser vagabundo como tú
ahora tengo un poco de alba para respirar
aunque a veces moleste este olor de la brisa
olor a hambre a soledad
a escasez de lluvia
y se claven en mí esos ojos grises
que mueren de ausencia en la profundidad
de los espejos.
FANTASMAS DEL SUEÑO
Acepto la reverencia de los techos
el golpe de los poemas que limpia la memoria
Reconozco la ausencia de tus huellas
el silencio inocente de otros jóvenes
que acechan la pelota entre las aguas
Estoy perdido en la medianoche
mientras mis manos deshacen pesadillas
y el reloj anuncia la penitencia de las horas
Vuelvo a los sitios que preguntan por mí
a la calle donde aún vuelan
los fantasmas del sueño
No puedo detenerme a contemplar
los recuerdos que pasan
Allá lejos cantan los ausentes
he avistado el fulgor de sus fiestas
pero no bastan la palabra el olvido
la acera donde riñen la alborada y la noche
Es imposible atrapar este soplo de vida
esta oculta sacudida del cuerpo
Torpemente reconozco que llueve
en los amaneceres
y en cada pecho duerme la infancia agazapada.
A TRAVES DE LA NOCHE Y LOS ENIGMAS
Uno puede soñar inocencias y desastres
rostros desfigurados danzando
en la pupila
imágenes confusas en un lienzo
que la brisa asola
Uno puede despertar sobresaltado
y sentir el embate del agua
que inunda las arterias
la increíble nave de la noche
que tiende su red de horóscopos
y anhelos
Uno puede quedarse en el ombligo
de la infancia
atado al bullicio ancestral de un banco
que reaparece a cada instante en la memoria
Uno digamos también puede ser el miserable
el vagabundo el loco que danza
en los aleros
mientras la noche quiebra su manzana
y un borracho riega las calles a intervalos
Uno puede llegar desde otro sitio
donde el humo y la risa
la lluvia y el llanto
pintan y deshacen rostros y recuerdos
Extrañamente somos peregrinos
enemigos antiguos de la soledad
reacios a símbolos y golpes de fortuna
Uno puede viajar hacia la desmemoria
a capa y espada hacia el fondo del tiempo
donde no solo el polvo nos sorprende
Uno puede oscurecer al mediodía
cuando toda la sombra se reúne
y el sol se transparenta en las colinas
Uno puede abandonar el rostro
en una vieja calle
mientras la nieve ahoga las estatuas
uno puede parecerse al hombre
y comprender que el primer hombre
tuvo lástima del último mono y viceversa
Uno puede caerle a tiros a la soledad
maldecir el sueño y la hipertensión
las absurdas ganas de hacer el amor
con cada chica
Uno puede tocar a la puerta de una casa
y esperar a que un rostro atraviese
los cristales
a pesar de que a veces escasean los sueños
y pesan demasiado los años y la ausencia
Uno puede volver sin un centavo
con medio litro de alcohol en la cabeza
con el humo danzando entre los ojos
y una sonrisa mueca
y una mirada triste
pero siempre
a través de la noche y los enigmas
a través de los rostros que jamás
llegaremos a conocer
uno puede sonreír a la vida
aún sabiendo que sólo la muerte
nos espera.