Elegía a la Selva Tropical¡Selva tropical, Diosa mistérica,
cintura florida, ecuatorial,
aroma virginal de la América!
¡Salve ardiente patria del jaguar!
Hija colmenera de la luz,
los Dioses te han puesto en la tierra
túnica verde, terciopelo y tul
para ser pulmón del planeta
para que tocaras el tambor
de la Esperanza, la lluvia y el Sol.
¡Selva suntuosa, Diosa salvaje
olorosa de pumas en celo!
Colmenas de miel, dardo, curare,
cobijo natural de los pueblos.
Vuelo de brujo en fumatas de humo.
Coros de ranas, loros, cigarras.
Danza de plumas, canto y conjuro.
Rugir de león, de cataratas
pueblan Diosa tu alma, el conjunto
armonioso que forma tu cantata.
¡Selva de maravillas pletóricas,
mil color te pintan mariposas.
Aladas serpientes mitológicas,
Lemures, ardillas voladoras.
Cielos verdes, árboles sonoros.
Hombres de barro, recolectores.
Quetzal de los Aztecas tesoro.
Hadas. Duendes. Monos parladores.
Eres todo Diosa de puro oro,
Oxígeno del mundo, pulmones.
¡Selva, hoy yo no te quiero cantar,
quiero llorar un llanto profundo.
No quiero tu grandeza alabar!
¡Quiero gritar, que despierte el mundo
Para que Diosa Selva te salves,
por Ti, por la Humanidad. Amén.
Marta Juárez, 24 de Julio de 2010Himno TobaSoy Qompí, el Pueblo Toba,
hijo de Nowét, el Padre Monte.
Mi alimento es miel y doca,
Mi techo, la amiga noche.
El zorro me dio el secreto,
su astucia para la caza.
Los Cuatro Vientos su credo:
ser LIBRE como la garza.
Soy sal en los peladares.
Arena que lleva el viento.
Sombra en los matorrales.
Memoria de los Abuelos.
Respeto tengo a la Tierra,
es nuestra Madre sagrada,
la Dueña de las corzuelas,
Señora de las aguadas.
En la batalla soy toro
encendida mi sangre toba.
Soy viento montando un potro,
furia, malón que galopa.
Soy silencioso gato onza,
cazando presas de amores,
alegre suri que goza
la prenda de sus favores.
Soy pueblo Toba. Soy Qompí,
de Taigoyic soy descendiente,
feroz guerrero de Taankí.
Para mi la Vida es el monte
lo mismo que el puercoespin
cuando lo acaben por dónde
Dios sabe habré de morir.
Elegía a los Bosques[en peligro de extinción]
Bosques, verde pulmón del planeta,
verdes ojos, verde cabellera,
verde pies de la alta Cordillera.
Selvas mojadas, montes sonoros,
hogar de los Tobas valerosos,
reino del Guaraní belicoso.
¡Oh Bosques sobre tu reino verde
cae el hacha, el peligro latente,
tu rica diversidad que muere!
Montes saqueados, selvas quemadas,
tu maravilla es exterminada,
tu floresta musical callada.
¡Oh Bosques milenarios del chaco
que danzar vieron a los matacos
bajo la luna del Pilcomayo!
¡Nobles Bosques, pan de los Chorotes,
sostén, viva cultura de los montes
farmacia natural de los dioses!
Ciegos hombres de necia ambición
rompen, destruyen tu corazón
llanura del pueblo cazador.
Bullicioso hogar del Chulupí,
surtidor de miel, cuna del tapir,
de la iguana, boas y colibrí.
¡Bosque abre tu boca de pavor,
suelta fuerte el grito de dolor,
y que escuche el orbe tu clamor!
¡Lanza el retumbo de tu aullido,
ronco gruñido de animal herido
para no seguir siendo destruido!
Dos Ríos Hermanos
Hacia el sol corren dos ríos,
son Bermejo y Pilcomayo,
hermanos del mismo Dios
que bajan del cerro al llano.
Nace el Bermejo apunado
rebotando selva abajo.
Verde pintado de yungas
va cambiando a colorado.
Altas barrancas lo acunan,
bravo brama roja queja.
En él abreva la Luna
entre sus barbas bermejas.
Furia de toro le crece
el verano escandaloso,
enorme fuente de peces
ofrece fresco el otoño.
Baja el Pilcomayo manso
su cabellera de plata
y el sábado en el remanso
sueña hijos bajo las ramas.
Cruza los montes de loros.
Pájaros alborotados
le ponen el rumbo loco
y el carácter alterado.
Jolgorio de los Dorados
le pintan las aguas de oro
cuando el sol ensangrentado
se duerme en los algarrobos.
Así los ríos hermanos
siguen destino de mar,
dando vida de sus manos
sus peces y su cantar.
biografia:
Marta JuarezTengo publicado un libro de poemas 'Corazón de Chaguar'. Naci en Tucumán, tal vez de allá traje el dulzor de la caña de azúcar que a veces vierten mis poemas o la soledad del Aconquija cuya niebla los empaña con su soledad. Pero no puedo decir que soy 'tucumana' porque fue Tartagal, ese pueblo-ciudad del norte de Salta el que me vio dar mis primeros pasos y mi primer beso en una placita de barrio. Fue su luna algarrobera la que me espió cuando borroneaba mi primer poema y cuando se me cayeron las primeras lágrimas por algún amor pasajero que por aquel entonces creía eterno.
La antropología me eligió para que fuera su servidora porque yo jamás me serví de ella para ganar un céntimo, y no le hecho la culpa de nada. Soy lo que hoy soy por ella. Estamos a mano, saldada deudas y servicios.
No puedo decir lo mismo de la Literatura porque en este caso yo me serví de ella para expresar lo más profundo de mi ser, las oscuridades subterráneas que me habitan y que yo misma aun no descubro. También la usé para decir lo banal y lo casual. Estoy en deuda con ella, la usé, me serví de sus recursos sin embargo no le devolví hasta hora ninguna obra publicada. Prometo y ustedes son testigos de mi promesa que pronto lo haré.
Descubrí la literatura en los poemas de Pablo Neruda, yo era un niña que vivía en un pueblo muy humilde, mi escuela era hecha de tablas con baños de pozo y aulas donde aprendían también los ratones. En mi casa, mi madre estaba bastante ocupada con las olla y con lo que había que poner en ella, así que no había tiempo para la charla ni para los abrazos.
Había abandonado a mi padre en Tucumán para correr tras el amor de alguien que habiéndole dicho que era su mujer única del universo se le apareció el día de la huida con tres hijos cuya madre se los había arrojado para que asumiera 'de prepo' una responsabilidad que nunca tuvo. En ese agregado de personas, de chicos que no sabían porque ninguno tenía el apellido del padre ni de madre alguna ni que eran unos de los otros, crecí, junto a esas dos personas que un día huyeron de Tucumán y que permanecieron juntos hasta que la muerte los separó. En ese ámbito de locos y horfandades encontrar aquello Poemas, fue para mi la salvación.
En el hogar que crecí no había nada que se pareciera a una biblioteca ni siquiera lo había en el barrio donde vivía, por eso la escuela fue el ámbito primero y único de mi formación. Por entonces la escuela pública cumplía la finalidad constitucional.
Es cierto aun no tengo publicado mi primer libro de los cinco que tengo terminados. La resistencia está en mi, lo se, aunque no alcanzo aun a imaginar por qué. Pero tengo mis escritos, cuentos y poemas, mitos y notas periodísticas en diversas publicaciones gráficas y en internet en numerosos sitios, en particular en el propio: www.nortedelbermejo.com.ar Digo algo en particular de mi trabajo con los aborígenes con cuyos pueblos convivo en Tartagal donde habitan siete etnias: wichis matacos, chorotes, chulupies, tobas, guaranies chiriguanos, arawac chanés y Tapietes. Mi relación con ellos fue por mi oficio de antropóloga, pero trascendió la cuestión laboral para convertirse a veces en algo mas personal, a veces parecido a la amistad y otras en Amistad real. Fue allí, desde ese lugar donde pude conocerlos, al compartir momentos por ejemplo a la orilla del Pilcomayo, ese Río de los Pájaros que cruza el chaco salteño. Allí con el mechero blanco de la luna, nos reímos con las picardía de Tokwaj, ese pillo que hace travesuras desordenando el mundo
que va creando Isi Nilataj, la Luz readora. Allí en esos espacios me adentré en su cultura y vi la riqueza milenaria que lo habita. Los visitantes extraños cuando llegan a una comunidad ven sólo lo externo de su pobreza, que es cierto es real y muy dura, pero no alcanzan a sospechar la extraordinaria riqueza que ellos guardan.
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