NADIE ME VERÁ DE ESPALDAS
Huérfana de cautela o ceremonias
voy hacia el génesis
No hay razón para maniatar al grito
atrincherar la verdad tras una mueca
ser escrupuloso títere del hambre
o un selecto imbécil del silencio
Por eso me revelo
trasmuto con terquedad de hormiga
todo antiguo anonimato
La mano del juego comanda los destinos
y me invita a no irme al mazo
Hay cuatro barajas sin jugar
una es la muerte
CONVOCO A LA CONJURA DE LOS TIGRES
El miedo desborda cicatrices
que tiñen de violeta la piel y el humo
Te creo muerto en un hoyo sin memoria
Hay vino entre las grietas
en tus pies de andamios desmayados
Como si no hubiera nacido antes de ahora
un ahora que no es
que no es posible
no soy yo
pero no me asusta no encontrarme
El tiempo se detiene
alza sus agujas
y mi vientre lapidado en el ayer
es parca y entrega
Arquera de gorriones derribo la tarde
Un abrazo de Möebius repite la historia
LA ELEGÍA DEL COBARDE
Amatista contra fuego ciega giralunas
Danza el gato sobre el escote negro de aquel crucifijo
Tras el péndulo de aquella capital de alfombras a tu boca
no soy sino siendo como fui
de espinas inacabadas y fuego entre los dientes
Cubramos de escarcha y vodka las represas cóncavas de ayer
Es hora de sangrías y de ecos
En voladizo duerme el pecado
pero no hay pecado que no sepa nuestros nombres
Incapaz de abrirse a las tardes antes del viento
el junco apenas moja sus pies en otra muerte
No creo en diccionarios que intenten explicar
de la palabra sus vestidos
Avancemos hacia las cuevas del fuego encolumnado
bebamos con boca virgen la cicuta
abandonemos los escudos a partir del agua
Ya no muñeca o antebrazo
no a medias
no a pico despertar si así se vive
entre vino y zócalos
Y es así: a pura escarcha que se levantan los conjuros
un aquelarre de entrepiernas bajo el grito de la soledad más sola
Esa que compartimos con silencio de campanas en luto
con la culpa entre los dientes
con la sangre que se retira de tan roja
¡y haber sido apenas pájaro!
Así te pronuncio
con la violencia del silencio
Así me ofusco
y por qué no morderte fruta o piedra
a mansalva
y hacerme llaga de limón
un pubis de sangre verde
capaz de ahorcar las piernas de la tarde
Así morimos
de pura belleza jamás besada
porque no hay ternura en el deseo
el sol pasa de largo
la noche esquiva
y ella no duerme
cae
en fuga irremediable
como la muerte de una orquídea
sobre su cuello virgen
biografia:
Marcela Predieri: Nació en Buenos Aires, en 1960 y reside en Mar del Plata desde 1991. Ha publicado los siguientes poemarios: Sangre de Amarras, Invierta un hijo, La Pancarta, y Los Andamiajes del Miedo, Participó en más de veinte antologías. Ha sido galardonada con premios en los distintos géneros, entre ellos el Premio Lobo de Mar a la Cultura 2004 en reconocimiento a su aporte a las Letras Marplatenses. Es ingeniera naval pero desde 1991 se desempeña, en forma exclusiva, como coordinadora de \'DELAPALABRA\' ¾Grupos De Estudio y Creación Literaria www.delapalabra.com.ar
delapalabra@hotmail.com