Salvador Pastore
Biografia
El café del invierno.
Que fue del café
frente al teatro.
Donde una tarde
que parecía
de otoño
empine mis manos
y baje un pedazo de cielo.
Quise
retirar los relojes,
sacar de mi escritorio
el calendario.
Nada pude contra
el tiempo.
Parecía otoño,
tu eras
una hoja sobre la mesa.
Creo que circulaban
automóviles
y un bus
levantaba hojas de las calles.
Era como si las
palomas
estuvieran alborotadas.
Como una copa
tu, frente a mi mesa.
Frágil,
cristalina.
Parecía otoño
aunque el reloj
marcaba Marzo.
l minutero
giraba
y yo junto a él, giraba.
Parecía otoño.
Y ahí estaba.
Solo , frente al mesón
bebiendo las noltalgias
y los recuerdos.
Mientras nos convencen
Tu estabas
lejos
en otros territorios.
Mientras
yo veía desmoronarse las torres.
Lloraban
los neoyorkinos
por que era terrible
encontrar la guerra
en la entrada de Manhattan
en el living
de su casa.
Caían bombas
que no eran bombas.
Explotaban
vidas incrustadas en medio
del majestuoso progreso.
Mientras la bolsa de Tokio
ardía en alza
por el petróleo,
el segundo avión
impactaba las torres
y las transnacionales
ganaban millones de dólares.
Los operadores
transpiraban extenuados
compraban y vendían.
Desde ventanas
saltaban hombres y mujeres.
Aplastados
sucumbían los voluntarios.
El fuego
consmía las almas.
Algunos
en directo
entre comercial y comercial,
sorprendidos,
estupefactos,
asombrados
seguíamos
los acontecimientos
como si fuera
el mundial de fútbol
frente a la pantalla.
El pipermeter
rompía recores.
A los canales llamaban
los agentes
Se adquirían
los mejores segundos.
Entre explosión y explosión
mayor era la audiencia.
La gente consumía
pizzas y gaseosas.
El reparto
a domicilio
y oficinas
no daba abasto.
Taxis,
motocicletas,
hombrecillos
corrían con
combos-ofertas.
Los casinos
quedaban vacíos.
La muerte en 28 pulgadas
era colosal,
nítida.
Solo el viaje
a la luna causo tal revuelo.
Mientras
tu estabas en otros territorios.
Bebías mate
y comías sopaipilla
con pebre.
Han pasado meses,
y siguen cayendo
bombas en lo patios.
Harapientos
y hambrientas bocas
Alzan la vista
para ver como el progreso
en los superB-27
o el estratégico F-16
desparraman muerte
como si fuera
una noche de juerga
y las granadas fuegos artificiales.
Bombas
con grafitis,
noche de brujas en carnaval.
Ahora nos quieren
convencer
que la muerte es necesaria.
Hay que aniquilar
el terrorismo.
Es ofensiva
de la libertad,
la guerra santa.
A pasado un tiempo.
La hora
de las noticias
bajo de ranking.
Ya, no es Manhattan
o New York.
No es París
o Londres.
Es la mierda,
un país
de escombros
de hambrientos y
analfabetos
antioccidentales.
Que la guerra
tiene errores.
Que los terrorista
se ocultan en hospitales.
Tratan de convencerme
mientras frente
al televisor
un niño
descuartizado
dejo sus ojos
pegados en
el cielo.
El B-27 e colosal
ave mitológica
magia del progreso.
Y ahí quedó,
sin lágrimas, sonriendo.
Creyendo
que eran
bolsas de arroz y confites.
Caramelos
del mundo occidental.
Mientras
tu compartías
con los Pehuenches
del Alto Bio-Bio
y Ralco Lepoy.
Esos peñis alegres
que también mañana
verán como el progreso
inunda sus patios.
Y asfalta
sus cementerios.
Por que los huincas
necesitan
más kilovatios
para sus deslumbrantes
y oscuras ciudades.
Una tarde cualquiera
Se volvió
disperse la tarde.
Tenía la intensión
de verte.
Lejos
en otro continente
caían bombas.
Acá la tarde
moría con palomas.
Leos
quedaban huérfanos.
En los huecos
de las bombas
sepultaban
las madres
y sus pequeños ángeles.
Huían
los vendedores
ambulantes.
En el Fuerte
de San Bernardo
encontraban
osamentas.
Era la tarde
melancólica
y la luz moría,
todas las tardes
mueren los rayos.
Hoy era
diferente.
Te estuve
esperando, no bajaste
de ningún microbús.
Caminé
por las calles atardecido.
Un miedo
inundó
los pasos que venían.
En Kabúl
los aviones oscurecían
la tarde.
En San Bernardo
aparecían cráneos con orificios
de balas.
Miles de cuerpos
mutilados.
El sol se desvanece
tras un hoyo de ozono.
El teléfono
sonó ocupado.
Parecía
tan extraña
la tarde
sin tus pasos.
En Medio Oriente
un joven
explotó
su cuerpo.
El estruendo
hirió a otros niños.
Un tanque
destruíabr> una casa.
Las palomas
volaban.
En internet
4 millones chateaban.
Los vendedores
ambulantes salían
de la comisaría.
Tu dormías
mientras la tarde
me aplastaba.
Por qué
este afán permanente
de querer
intensamente
que me ames.
De querer
tanto a la humanidad
en una tarde cualquiera.
biografia:
Nací en la primavera del 55, un día 23 de Septiembre en Santiago de Chile. Crecí en mi infancia en la población Los Nogales de la comuna de Estación Central. Luego emigró con mis padres a la comuna de Maipú a una pequeña población Villa Pamela.
Entre los años 1978 y 1980 comparto con otros amigos y escritores desde los reductos de la SECH siendo parte del colectivo Unión de Escritores Jóvenes UEJ que marcara una etapa en esa época, ahí nos encontramos Gregory Cohen, Silvia Gainza, Nelson Figueroa, Ricardo Wilson y la hermosa Bárbara Delano, recorrimos liceos y sindicatos levantando la posía.
Luego los años de sumergirse y laborar desde las barricadas y las sombras para reencontrarme ya viejo o maduro con compañeros de la cultura.
Actualmente participo en Cultura en Movimiento, Plaza de Las Letras y el colectivo de artistas Kahuin. Presente mi primer libro Poemario de amor, nostalgias y rebeldía el 4 de mayo en la SECH y trabajo en la preparación de dos libro mas de poesía, los que pronto darán a la luz.